domingo, 24 de abril de 2022

Psalm

You’ve been a long time making up your mind,
O Lord, about these madmen
Running the world. Their reach is long
And their claws must have frightened you.

One of them found me with his shadow.
The day turned chill. I dangled
Between terror and valor
In the darkest corner of my son’s bedroom.

I sought with my eyes, You in whom I do not believe.
You’ve been busy making the flowers pretty,
The lambs run after their mother,
Or perhaps you haven’t been doing even that?

It was spring. The killers were full of sport
And merriment, and your divines
Were right at their side, to make sure
Our final goodbyes were said properly.


Salmo

Has estado mucho tiempo decidiendo,

Señor, al respecto de estos locos

Que controlan el mundo. Su largo alcance

Y sus garras deben haberte asustado.


Uno de ellos me encontró con su sombra.

El día se puso frío. Yo oscilaba

Entre terror y valentía

En la esquina más oscura del cuarto de mi hijo.


Te busqué con mis ojos, Tú en quien yo no creo.

¿Te has ocupado embelleciendo las flores,

Haciendo correr los corderos tras sus madres,

O no has hecho acaso ni siquiera eso?


Era primavera. Los asesinos estaban llenos de buenas

Intenciones y alegría, y tus sacerdotes

Estaban justo a su lado, para asegurarse

Que nuestro último adiós se dijera apropiadamente.

Charles Simic

Traducción René Higuera 

miércoles, 13 de abril de 2022

martes, 12 de abril de 2022

La tierra natal


No la llevamos en oscuros amuletos,
Ni escribimos arrebatados suspiros sobre ella,
No perturba nuestro amargo sueño,
Ni nos parece el paraíso prometido.
En nuestra alma no la convertimos
En objeto que se compra o se vende.
Por ella, enfermos, indigentes, errantes
Ni siquiera la recordamos.

Sí, para nosotros es tierra en los zapatos.
Sí, para nosotros es piedra entre los dientes.
Y molemos, arrancamos, aplastamos
Esa tierra que con nada se mezcla.
Pero en ella yacemos y somos ella,
Y por eso, dichosos, la llamamos nuestra.

                                                                                                                                               Ana Ajmatova

                                                                                                          Versión de María Fernanda Palacio