viernes, 15 de febrero de 2013


Reflexiones sobre la vida en las calles de Madrid

Caminando por Madrid, me topé con una calle llamada "Calle del desengaño". Sobre ella, vi a varias trabajadoras sexuales vestidas con pantalones ajustados, botas larguísimas con tacones parecidos a zancos de circo, pintadas de forma exagerada con brillos labiales rojo fuego, como Marilyn Monroes españolas o eso creo. Y lo supongo porque muchas de ellas son latinoamericanas for export, de Paraguay, República Dominicana, Venezuela, Colombia y otros países olvidados y además perdidos de nuestro continente.
Se las ve sonreir a los conductores de los autos que se detienen para intercambiar algunas palabras de forma fugaz. Los presuntos clientes preguntan precios: hay que ser austero en esta época de crisis. Y el mundo se viene abajo.
Los autos siguen su camino. Bajan por la calle del mismo nombre "Calle del desengaño". Pienso en esta calle, en todas las historias que hay detrás de esas mujeres, en el dolor de la hija de Marita Verón, en todas las mujeres como ellas.
Y qué acertado es el nombre de la calle.

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