jueves, 26 de mayo de 2022

 BELLÍSIMA

Y si uno de esos ángeles 

me estrechara de pronto sobre su corazón,

yo sucumbiría ahogado por su existencia

más poderosa.

Rilke, de nuevo

Óigame usted, bellísima, 

no soporto su amor.

Míreme, observe de qué modo

su amor daña y destruye.

Si fuera usted un poco menos bella,

si tuviera un defecto en algún sitio,

un dedo mutilado y evidente,

alguna cosa ríspida en la voz,

una pequeña cicatriz junto a esos labios

de fruta en movimiento,

una peca en el alma,

una mala pincelada imperceptible

en la sonrisa...

yo podría tolerarla.


Pero su cruel belleza es impacable,

bellísima;

no hay una fronda de reposo

para su hiriente luz

de estrella en permanente fuga 

y desespera comprender 

que aún la mutilación la haría más bella,

como a ciertas estatuas.


Eduardo Lizalde 


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