martes, 9 de septiembre de 2025

 Najwan Darwish

(1978)


Durmiendo en Gaza



Fado, dormiré como hace la gente

cuando caen las bombas

cuando el cielo se abre como carne viva,

soñaré como hace la gente

cuando caen las bombas:

soñaré con traiciones.


Despertaré a medio día y le preguntaré al radio

las preguntas que la gente se hace

¿Ya terminó el bombardeo?

¿Cuántos fueron asesinados?


Pero mi tragedia, Fado,

es que haya dos tipos de personas:

aquellos que lanzan sufrimiento y pecado

a la calle para poder dormir

y aquellos que coleccionan el sufrimiento, los pecados de la gente,

los tornan cruces, los presumen

por las calles de Babilonia y de Gaza y de Beirut

mientras plañen

¿van a venir más?

¿van a venir más?


Hace dos años, al sur de Beirut,

camine por las calles

de Dahieh,

arrastrando una cruz

tan grande como los edificios destrozados.

Pero ¿quién levantaría una cruz

de la espalda de un hombre cansado hoy en Jerusalén?


La tierra es tres clavos

y por piedad un martillo

Detente, Señor.

Detén los aviones.


¿Van a venir más?

¿Van a venir más?

 

Traducción de Alí Calderón

lunes, 1 de septiembre de 2025


Persona non grata


Aquí el inicio de la carnicería


Su final: mi grito lunar.​​ 


Sé que mi vidrio puede ser fragmentado por una bala. Apunta bien y trata de asesinarme​​ a mí. Mis pequeños son demasiado jóvenes para la muerte. Fruta verde poco apropiada para tus amos. Apunta bien: mi esposa está a salvo ahora en la cocina. Apunta bien, estoy aquí sólo leyendo​​ Le Fou d`Elsa. Si tu francotirador se encoge dos pulgadas podrá verme: una figura silente junto a la ventana del estudio.​​ 


Vengan.​​ 


Vengan con todos los horrendos fuegos de su malevolencia.​​ 


¡Vengan! Aquí yo tengo una escalera en espiral que une cielo y tierra, un ventilador que falla en la canícula, un tanque que se pasea sobre un vientre embarazado, y aquí tengo mis áridas naciones.​​ 


Cráneos coronados por medallas adquiridas por el tipo de cambio de la muerte, zapatos habitados por escorpiones. Oh, un vaso de agria y amarga agua a cambio de mi sangre y lágrimas. He sido herido: mi herida está viva, mi voz está viva, mi silencio está vivo. Inclino mi corazón en señal de respeto. Vengan.​​ 


Mi aflicción: el deslumbramiento.​​ 


Mi ira: la súplica.​​ 


Vengan.​​ 


Vengan.​​ 


El quedarme es mi huida.​​ 


Mi muerte es combate.​​ 


Juro por el higo y el aceite, por el silencio y el clamor, por la fertilidad y la esterilidad, por la miel y la cicuta, por el brote y la muerte, por la ignorancia y el conocimiento, por el ayer y por el hoy, juro que lucharé.​​ 


Seguiré luchando.​​ 


Lo haré.​​ 


Hasta que nazca la verdad y la mentira se desvanezca


Lo haré y lo haré, levantarme y hundirme, andaré y rodearé, soltaré y me abstendré, flotaré y me detendré.


¿Qué? ¿Cómo?


Así:​​ 


con una caída hasta la cima de la muerte,​​ 


con potros trotando tras las huellas de la tragicomedia.​​ 


Así:


tomando una siesta en un asiento de autobús –una inquebrantable celda.​​ 


Menstruación con esterilidad, esterilidad con menstruación, dolor y protesta, amor y odio: un idílico baldío.​​ 


Caminaré fuera de mi cuerpo, ya no puedo soportarlo.​​ 


Buscaré un amigo.​​ 


Me apartaré de mis pasos, ya no puedo soportarlo


Buscaré un camino.​​ 


No hay camino salvo yo


y estos son mis pasos.​​ 


Mi cuerpo es el siguiente paso.


Del poeta palestino Samih Al-Qasim

Traducción de Gustavo Osorio de Ita