viernes, 19 de junio de 2020

Poemas de Niní Bernardello 

La historia me toca
con su dedo de ceniza
y soy signo, símbolo
cifra que vuela
y se desvela
Por siempre, me digo, será
griega la voz que reza
que imprime en el aire
un dolor de siglos
y aún persiste
en la caída del sol
en la sangre del cielo
Encerrada en el cristal
del hielo mi corazón sueña
se quiebra como un sacramento
ofrecido a esta tierra baldía
plena de lágrimas
de sangre y cenizas
que el pasado trae y revela
como si fuera un último mensaje


Un marco de plástico verde
con relieve dorado guarda un retrato
de historia forzosa. Veo la casa envuelta
en hule gastado con flores adversas
y azúcar derramado a los pies de todos.
Aquellas botas claras de descarne
emergiendo como un relámpago loco
en medio de la habitación.
La copa de vino santo rebalsa sobre cenizas
y chisporrotea el rescoldo.
La cola de un pavo real tejido
mira con mil ojos la escena.
Estoy en un lugar argentino, de piedra,
de aguas, de trinos. Espacio calado
sobre el cielo, vacío sobre vacío.
Cruz y flecha
torcido pie, dedos desnudos.
Estrella de plata sonando en la noche
su espuela

duele
 de "Natal" 

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