El sol y la luna ya no tienen luz, la tierra está oscura;
el mundo de las mujeres se hunde en el abismo,
¿quién podrá ayudarnos?
vendimos las joyas para pagar el viaje a través del mar,
desvendando mis pies lavo mil años de oprobio.
Con cálido corazón se libera el espíritu de las mujeres.
¡Qué tristeza!, este delicado pañuelo
está manchado, una mitad con sangre,
y la otra con lágrimas.
Qiu Jin
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